El partido empezaba sin ritmo por ambas partes, aunque con dos equipos bien plantados. Jugábamos con tres líneas y ocho delanteros, y era difícil entrar en el partido. Aún así, llegamos más veces a portería contraria, aunque sin mucho peligro. Como ya sabíamos, Manu Ortega era su referencia arriba y conseguimos pararlo bastante bien. La primer parte terminaba así sin goles.
En la segunda parte la intensidad del partido no aumentó mucho, aunque se abrieron algunos huecos y el Fénix se adelantó en el marcador. Sigue leyendo…