Este fin de semana cuatro equipos de Baloncesto del CDE El Valle acudieron a la ciudad valenciana de Sagunto a disputar el Torneo del CB Puerto Sagunto (El Alevín Femenino se impuso por 22-23, por su lado derrotas del Alevín masculino, 49-21, y del Infantil femenino, 39-24. Por último triunfo del Infantil Masculino por 40-42). De todos modos los resultados eran lo de menos ya que lo más importante era la experiencia vivida y sobre todo la frase que da título al artículo: “Fuimos cuatro equipos y volvimos siendo uno”.
Hablamos con Raúl, entrenador del Alevín femenino, para que nos relatara como fue la experiencia y esto es lo que nos contó:
“El viaje ha sido duro, ya que fueron dos días muy intensos. El sábado a las 7:00 de la mañana quedamos con los niños y niñas en Sanchinarro, para luego ir a Valdebernardo a buscar a Sara, Ángela y los jugadores y jugadoras que venían de allí. Salimos con algo de retraso, el autobús llegó un poco más tarde, así que creo que sobre las 8:00 u 8:15 emprendimos el viaje hacia Sagunto, con la bandera del Colegio bien puesta en la parte trasera del autobús, para que se viera bien durante todo el trayecto.
Cada equipo estaba sentado en una parte del autobús, con Casimiro, Alberto Gómez y Alberto Hernández al principio del mismo, Sara y Ángela, en el medio (los mejores asientos) y yo casi al final con las mías. El viaje no se hizo muy largo, ya que con la emoción de ir, las risas contando tonterías para distraer a las niñas y a nosotros mismos, hizo que el trayecto fuera muy ameno. A eso de las 10:15 hicimos la primera parada para desayunar algo. Bueno algo… ya que mientras que unos nos pedíamos un café y un bollo, un colacao y unas tostadas, hubo dos o tres niños del alevín que se pidieron un par de huevos fritos con salchichas y bacón, fue la leche verles meterse eso para el cuerpo, (risas).
La llegada a la hotel fue sobre la 13:00 horas, aproximadamente, y cuando llegamos allí estaba esperándonos Javier Tamara, para darnos la bienvenida y organizar las habitaciones junto con Casimiro. Una vez que ya estaba todo organizado, subimos a las habitaciones para dejar las maletas y bajar a comer. Estos tenían un hambre feroz, fue sentarnos y antes de ir a coger un plato, ya estaban casi todas las patatas, los san jacobos y el pollo acabado. Así que tuvimos que ir comiendo, mientras, un poco de arroz y pasta, hasta que llegara la siguiente tanda. Después de comer, les dijimos a los niños y niñas que se subieran a las habitaciones a descansar un poco, pero como era de esperar solo subieron para continuar la fiesta, unos hablando, otros jugando a la consola…
A las 15:45 quedamos en el hall del hotel para ir andando al pabellón, este se encontraba como a cinco o seis minutos andando. Cuando llegamos Alberto y nosotros empezamos a calentar para nuestros partidos. Alberto perdió no se de cuanto. Nosotros pensábamos que habíamos empatado, aunque finalmente nos dijeron que vencimos por un solo punto. Bueno lo importante es que yo considero que ganamos, primero por el trabajo que realizaron las niñas, el esfuerzo tan grande de jugar el mismo día que llegamos del viaje, y aguantar el calor que hacía. Segundo porque vinieron Marina, Sofía y Ángela, que prácticamente no habían entrenado con nosotras, y tercero por aguantar el físico de ellas, ya que ellas tenían dos niñas que median como 1,80. El partido, además, se jugó a seis tiempos de 8 minutos, a nosotros, con tan solo 8 jugadoras se nos hizo muy largo, mientras que ellas contaban con 12 efectivos. Ya te digo que el resultado es lo de menos, pero yo me quedo con el esfuerzo de las niñas, ver como defendieron a las grandes, hubo un rato que Raquel cogió a una de ellas y casi no la dejaba hacer nada, e incluso la quitó algún balón. Así le paso a la pobre que al acabar el quinto periodo no pudo más, lo había dado todo en defensa, en ataque (metió cuatro canastas), así que se sentó en el suelo y no pudo levantarse hasta que acabó el partido. Todas defendieron muy bien, atacaron pasándose el balón y jugando en equipo. Todas participaron y creo yo, se sintieron importantes dentro del partido.
Al acabar nos dieron un trofeo y nos hicimos unas fotos con el equipo contrario. Las niñas estiraron y luego ya se fueron a ducharse a los vestuarios y a ver a sus padres, tengo que agradecer la presencia de todos ellos, el nuestro fue el equipo que más padres vinieron, además había unos cuantos familiares de Mireia, que al ser su madre de un pueblo cercano a Sagunto, vinieron sus tíos, abuelos, primos, etc. Una vez se acabaron los besos y abrazos, nos subimos a las gradas a ver a las del infantil.
Una vez que acabaron los partidos, nos vino a buscar el autobús y nos llevo a la playa, para que todos los niños y niñas pudieran disfrutar de la playita durante un buen rato. Luego, como a eso de las 20:45, nos fuimos al hotel a ducharnos y a cenar. En la cena se volvió a repetir la misma escena del almuerzo, parecía que no habían comido nunca estos niños, acababan con las cosas en tres segundos. Luego, una vez que terminaron, les mandamos a las habitaciones, mientras nosotros nos quedamos en la cafetería del hotel a ver el partido del Madrid.
La noche fue muy larga, sobre todo para algunos de los niños. Para muchos era su primera salida de casa así que se lo pasaron yendo de una a otra habitación, corriendo por los pasillo, etc. Tuvimos que salir en varias ocasiones, hasta que mas o menos sobre las 2:00 de la mañana logramos hacerles entender que se puede estar en las habitaciones tranquilos sin andar por los pasillos y pasárselo bien. Pero vamos todo dentro de la normalidad.
Al día siguiente todos decían que se habían dormido pronto, pero mejor no indagar ya que alguno/a creo que no durmió (risas). A las 9:00 teníamos que estar todos desayunando y excepto dos niños del infantil, el resto cumplió, aunque a más de uno/a hubo que sacarles de la cama.
Una vez que recogimos todo, metimos las maletas en un par de habitaciones que nos dejaron y nos fuimos a la playa. Dos horas después volvimos al hotel para ducharnos, cambiarnos e ir a comer a un restaurante en Sagunto que conocía Javier Tamara. Allí nos tomamos la paellita de la foto. El salón casi lo llenábamos nosotros, con el conductor incluido éramos como unos 45 si mal no recuerdo.
Y ya, a eso de las 16:00 horas emprendimos el viaje de regreso. Ya la vuelta fue distinta, estaban casi todos mezclados, quizá menos los y las alevines, pero los infantiles y las infantiles ahí estuvieron riéndose y hablando todos revueltos. De ahí la frase del principio, fuimos con cuatro equipos, pero gracias a la experiencia vivida entre todos y la unión que hubo entre los niños y niñas, se puede decir que volvimos siendo un equipo solamente.
Ya el resto del viaje de la vuelta, lo que ibamos poniendo en los WhatsApp, más risas, otros que dormían y un viaje que se alargó por alguna retención en la carretera. Volvimos todos muy cansados y con ganas de ver a los nuestros, pero con muchas ganar de volver a repetirlo”. Galería de fotos pinchando aquí.